Qué nos traerá la «Ley Celaá» sobre Educación

Año Nuevo, ley nueva. El día 2 de enero, Isabel Celaá, presentó al anteproyecto de ley que, al igual que con Wert, ya se conoce con el apellido de la ministra de Educación. El paralelismo no queda ahí, sino que también viene con polémica.

La normativa recupera la ley anterior, la antigua LOE, eso sí, actualizada, en palabras el ministerio, y deroga la actual, la LOMCE.

Fuera de dimes y diretes, os queremos enumerar las principales novedades que nos van a llegar. Esto, claro está, si se aprueba el anteproyecto de ley tal y como está en la actualidad. Para ello, aún falta de que se pronuncien, que aún no lo han hecho, el Consejo Escolar del Estado, el Consejo de Estado y la Conferencia Sectorial de Educación, donde están representadas las comunidades autónomas.

Las novedades de la «Ley Celaá» serán las siguientes: 

– Adiós a los itinerarios de 4º de la ESO y hola al nuevo programa curricular de atención a la diversidad.

– Según la nota de prensa del ministerio, “también se incorporan medidas de flexibilización para estudiantes con necesidades educativas especiales y se refuerza la escuela rural”.

– Regresan los tres ciclos de Primaria y desaparece la división en materias troncales, específicas y de libre configuración.

– Los estudiantes conseguirán el título de Bachillerato con una asignatura pendiente y se podrá cursar en tres años, en vez de en dos, como en la actualidad.

– Recuperará la anterior prueba de acceso a la Universidad. Se suprimirá las evaluaciones externas censales al final de cada etapa y los ránkings para comparar entre centros y autonomías. Repetir curso será algo excepcional.

– La Formación Profesional gana peso y la Básica se equipara al título de ESO.

– Baja el ratio de alumnos por clase y se fija en veintitrés el número de horas lectivas docentes.

– La Religión dejará de ser materia obligatoria y de computar en la nota media, en el acceso a la Universidad y en la obtención de becas. En su lugar, habrá una nueva asignatura sobre Valores Cívicos y Éticos, y la Filosofía se convertirá, de nuevo, en obligatoria.

– La evaluación volverá a tener “el carácter formativo, continuo e integrador de la evaluación como instrumento de mejora para estudiantes, centros y administraciones”.

– En el anteproyecto, se pretende fomentar la autonomía de los centros y la participación de la comunidad educativa.

– También está contemplado en él la parte que corresponde a las competencias de la comunidades autónomas en materia de Educación. Podrán regular, por ejemplo, lo que concierne a cada una de las lenguas cooficiales.

La nueva ley afectaría, una vez aprobada, a 8.179.539 alumnos de enseñanzas no universitarias, que son los matriculados en el presente curso escolar, y a 701.373 profesores, en el último cómputo que fue el correspondiente a 2017-2018. Cuéntanos, ¿qué te parecen las medidas que se incorporan al anteproyecto? ¿Qué otras añadirías o qué suprimirías? Como siempre, esperamos escucharte, aquí o en las redes sociales. Gracias por comentar y por compartir.

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