La tecnología y la rápida evolución que se está produciendo en todos los campos, tanto de la enseñanza, como de la empresa y de la sociedad, requieren de una serie de conocimientos que van más allá del aprendizaje obligatorio. Los procesos de transformación digital deben llevarse a cabo con la colaboración necesaria de todo el personal de la organización. Para ello, las competencias que hayan desarrollado y vayan adquiriendo, de manera constante a lo largo de su vida, son cruciales.

En este sentido, el último informe de la OCDE, Construyendo una estrategia de Competencias eficaz para España, que diagnostica la situación de nuestro país en 2015, es muy poco halagüeño, salvo en contados puntos.

No obstante, antes de entrar en materia, veamos qué entiende la OCDE por competencias y por qué son tan importantes. La definición es la siguiente: “conjunto de conocimientos, capacidades y atributos que toda persona puede adquirir y le permiten desempeñar de forma adecuada y consistente una determinada actividad o tarea, susceptibles de desarrollarse y ampliarse ulteriormente a través del aprendizaje”. Es decir, no solo se adquieren, sino que también se puede prescindir de ellas y están en constante evolución.

Y continúa: “Toda persona precisa no sólo de los conocimientos técnicos y competencias transversales y profesionales necesarias para incorporarse con éxito al mercado laboral, sino también de otras competencias que coadyuven a una mayor integración social, así como a la construcción de sociedades más cohesionadas y tolerantes”.

Centrándonos ya en la situación española y en el ámbito empresarial, las llamadas de atención son alarmantes. El informe señala que solo “el 12% de los adultos con estudios superiores alcanzan un excelente nivel de rendimiento en comprensión lectora, aproximadamente la mitad de la media de la OCDE”. Además, tenemos “cerca de 10 millones de adultos con un bajo nivel de rendimiento ya sea en comprensión lectora o en competencia matemática. Aproximadamente dos tercios de estos adultos escasamente cualificados seguirán estando en el mercado laboral dentro de 10 años y más de un tercio seguirá trabajando dentro de 20 años”. Ahí es nada.

Y luego tenemos la situación contraria: “un gran número de trabajadores está sobrecualificado con arreglo al perfil necesario para el puesto que ocupan”. En definitiva, que las empresas no aprovechan todo el potencial de los empleados.

De hecho, los beneficios para las organizaciones de la gestión por competencias son especialmente atractivos pues no solo ayudan a implementar los cambios internos o a elegir líderes por sus capacidades, sino que también mejoran el ambiente laboral y sitúan a cada cual en el puesto más apropiado, según sus aptitudes y actitudes.

Son doce los retos a los que el gobierno y las empresas, que también reciben un buen repaso en el informe, se enfrentan en España, todos ellos conectados entre sí pues el proceso se quedaría cojo en el caso de olvidar alguno de ellos. Están divididos en tres pilares:

• desarrollar las competencias relevantes, que se refiere a la enseñanza obligatoria, a la superior y a los adultos “escasamente cualificados”, pues es la educación la base de todo el sistema;

• la activación de la oferta de competencias, donde entra en juego la administración, que debe proveer del marco legislativo y de las partidas económicas necesarias y estratégicamente aprovechadas para la implementación de las competencias, sobre todo con el apoyo y orientación a los desempleados y a los jóvenes en busca de su primer empleo, con especial incidencia en los “ni-nis”;

• el uso eficaz de las competencias adquiridas, que va dirigida al mundo empresarial y a su colaboración con el educativo.

Por último, la OCDE incluye otros cuatro retos destinados a “fortalecer el sistema de competencias en España”. En ellos se hace hincapié en la mejora de la información sobre inserción laboral y aprendizaje; acentuar la colaboración entre todas las partes, en especial con el sector privado; la financiación, que también habría de contar con inversión privada; y “crear las estructuras de gobierno y gestión eficaces” entre la administración central y las autonómicas.

Preocupados como estamos por la Transformación Digital, en GlobalNET Solutions tenemos un completo programa de desarrollo de competencias en la formación, para afrontar los retos y ayudar a “pasar del diagnóstico a la acción”, como proponen desde la OCDE.

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