La semana pasada compartíamos en nuestras redes sociales un informe que, a priori, nos pareció de lo más interesante. Es un libro blanco titulado “La Educación importa”, publicado por la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE).
En el blog de GlobalNET, hemos leído el texto y la impresión se ha confirmado con creces. Con algunas puntualizaciones, se trata de una propuesta muy a tener en cuenta porque supone una opinión, basada en hechos y estadísticas, que pocas veces se manifiesta: la de los empresarios que han de contratar a los jóvenes en su primer empleo o buscan talento en el mercado laboral.
Para empezar con fuerza y ver hasta qué extremo es conveniente implicar a las organizaciones en la Educación, un dato: “solo el 55% de los graduados universitarios en 2010 que trabajaba cuatro años después, lo hacía en el grupo de cotización correspondiente a su nivel de estudios”. Mientras, casi uno de cada cuatro de ellos, lo hacía en un grupo bajo y manual. Es decir, existe una clara sobrecualificación pero en ámbitos que no son los que más empleo generan. Una brecha entre formación y trabajo afecta también a la Formación Profesional (FP).
Así pues, con este libro blanco, los empresarios exigen ocupar un lugar dentro de lo que llamamos la comunidad escolar, sobre todo, en lo que se refiere a Secundaria Superior, FP, Universidad, Grados y Másteres. ¿La razón? Consideran que la educación y la formación “son instrumentos estratégicos fundamentales de los países para preparar su futuro económico y social”.
Para ello, como si de un plan de empresa se tratara, analizan cómo es y a qué retos se enfrenta la Educación del s. XXI, cuál es la orientación europea y la situación española, y proponen diez medidas (su “visión de futuro”) para resolver las dificultades de las que adolece el sistema de nuestro país, que no sale nada bien parado del examen.
De entrada, explican qué es “talento” e incluyen trece capacidades que lo definen: capacidad para la resolución de problemas, la comunicación escrita, la oral, el dominio del idioma local, el del inglés, el saber trabajar en equipo, la ética en el trabajo, la capacitación práctica en la disciplina correspondiente, la teórica, la creatividad, el manejo de ordenadores, dominar las matemáticas básicas y el liderazgo.
Sobre dichas capacidades y tras el análisis de la situación internacional, recogen los cinco déficit básicos de nuestro sistema educativo:
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Mediocridad en los resultados, como señalan desde el informe PISA a TALIS.
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Ineficacia del gasto. Demuestran con datos que una mayor inversión no significa un mejor aprovechamiento; hay que tener un objetivo y saber dónde depositar el dinero para conseguir que rinda al máximo.
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Brecha entre formación y empleo. La estadística con la que comenzábamos este artículo hace bastante evidente este hecho. Lo peor es que se está agravando, a menos que lo solucionemos desde ya.
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Lentitud de la respuesta política. En el libro, señalan una frase que, por cierta, llama aún más la atención: el futuro siempre avisa. Existen múltiples informes, análisis, etc., de altas instituciones, como los ya mencionados o el de UNICEF del que nos ocupábamos la semana pasada, que nos muestran tendencias. Sin embargo, las obviamos y ni siquiera, cuando se hacen realidad, hacemos nada por asumirlas.
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Las deficiencias en los marcos normativos estatales y de las comunidades autónomas. La presión legal se caracteriza por la rigidez que supone el llegar hasta una “especificación exagerada de los detalles”, al tiempo que peca de vaguedad en otros puntos importantes. Tampoco existe un acuerdo entre las fuerzas políticas en materia tan importante. A su vez, critican el Sistema Nacional de Cualificaciones por su falta de funcionalidad y eficiencia.
Una vez expuestos los retos, el Libro Blanco expone una serie de propuestas para una “educación de calidad con visión de futuro”:
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Establecer un nuevo currículo para un tiempo nuevo, que debería parecerse al de este gráfico:
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Promover la innovación, el emprendimiento y el empleo de las tecnologías. A la vista de los informes internacionales, en ninguno de estos tres campos, pasamos de la mediocridad. Cada uno de ellos, está reflejado en el texto con las recomendaciones de los empresarios al respecto.
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Hacer de la docencia una profesión robusta, como “factor clave de la calidad de los sistemas educativos”.
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Fortalecer la autonomía de los centros, su gobernanza y su rendición de cuentas, promoviendo también el liderazgo en la dirección. Intentar regular al máximo deja fuera las diferencias geográficas y temporales.
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Definir un sistema eficaz y eficiente de evaluación para la mejora. Lo importante de la evaluación “no es la evaluación en sí misma, sino lo que se haga a partir de ella”. Esta afectaría a cuatro ámbitos: el interno de los centros, el externo y autonómico, aprovechar las evaluaciones PISA y uno nacional, al terminar la Secundaria superior.
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Consolidar la libertad de enseñanza que, en lo que respecta a la oferta, debe consolidar la colaboración público-privada, actualizando el sistema de conciertos; y, en cuanto a la demanda, con la extensión del bono escolar al primer ciclo de infantil y introduciendo la desgravación fiscal en las etapas obligatorias.
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Facilitar la transición de la educación al empleo con seis medidas: alternativas al abandono escolar temprano, promover la excelencia educativa, integrar la red de centros de FP, potenciar la FP dual, establecer un programa nacional de información y orientación profesional integral, y mejorar la ordenación de la FP reglada.
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Intensificar los vínculos recíprocos entre educación y empresa, y el protagonismo del empresario en la gobernanza ejecutiva de la formación para el ejercicio de una profesión, tanto en la FP, como en la universidad.
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Asegurar un marco básico, moderno y efectivo, común para todo el Estado, con una necesaria clarificación de responsabilidades de forma compartida. Proponen tres acciones: un sistema de prioridades; un marco normativo básico, sencillo y coherente; y un nuevo sistema de financiación autonómica.
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Promover el acuerdo social y político que comparta una visión y asegure un rumbo efectivo para nuestro sistema educativo, dejando a un lado los enfoques ideológicos, asumiendo una visión compartida y unos consensos básicos que ya funcionan.
Esta vez nos ha salido un artículo más largo de lo habitual pero creemos que el tema lo merece. Cuál es tu opinión. Gracias por comentar y por compartir